Juan Gorostidi Berrondo
juangorostidi@taichichuaneskola.com
Nací en los lindes de San Sebastián en 1956 -más cerca de las fábricas, los trenes y los barcos mercantes del puerto Pasaia que de sus playas belle-epoque-, el cuarto hijo de una familia de campesinos proletarizados, en un caserío reconvertido, más cerca de las fábricas que de las vacas.
Mis padres, abuelos y antepasados conocieron que la guerra era inevitable, pero no tuvieron que salir de su entorno geográfico/lingüístico para sobrevivir. Yo no conocí guerras abiertas, aunque vi caer bajo las balas a compañeros de barricada en mi juventud.
Mi accidentada escolarización concluyó en un internado/seminario salesiano desde los 11 hasta los 16 años. Renuncié entonces a la universidad, y desde los 17 a los 22 fui obrero industrial compartiendo mis ilusiones y rebeldías con otros compañeros de suburbio: rechazo, apertura y militancia en los últimos 70. Cambié después de trabajo para pasar dos años como educador infantil. A los 25, lo dejé y viajé por Europa y África tropical.
Eran los primeros 80, y probé en grupos que por entonces ensayaban formas de vida alternativa y comunal en el campo: un intenso contacto con ese río que atravesó Occidente desde hace más de cien años con experimentos de autoconciencia new age y prácticas orientales (por entonces no conocía sus fuentes ni su verdadera historia; los mitos, ilusiones y vivencias bastaban). Viví en esta época en Navarra y Cataluña por siete años, hasta 1989.
Estudié música desde la infancia, pero nunca con buenos maestros o en condiciones estimulantes. Cuando intenté con los estudios universitarios en psicología era ya demasiado tarde, y no terminé ninguna graduación. No he dejado de estudiar desde que me pusieron en un pupitre y frente a una pizarra en un idioma y unos códigos completamente ininteligibles (no aprendí el español hasta los 6 años, ni a multiplicar hasta los 10). Creo que esta dura batalla con la dificultad de aprender ha determinado mi interés y empeño por trasmitir y enseñar (lo sé casi todo de los malos maestros).
Comencé a practicar yoga y taichi en los primeros 80, y no lo he dejado desde entonces. Profesionalmente, me dedico a enseñar taichichuan desde 1987. Comencé en Pamplona, a poco de conocer a Tew Bunnag. Allí me casé, tuve una hija y me divorcié. Además de Tew, el maestro que más me influyó en aquella época fue José Luis Paniagua. Entre todos mis maestros de entonces, reconozco en la de Tew y José Luis la impronta más influyente.
Volví a San Sebastián en 1989, y en 1991 nació Tai Chi Chuan eskola, que dirijo desde entonces. Mi relación con el Tai Chi Chuan es ya suficientemente prolongada e intensa como para ver reflejadas en ella las vivencias, crisis y transformaciones que se han ido produciendo en mi acceso a la madurez: fascinación cargada de exotismo, dura disciplina del entrenamiento diario, transmisión sostenida por el entusiasmo, encuentro y desencuentro con maestros y alumnos y, finalmente, la hora de hacer mía esta herencia en el tiempo y el espacio que me tocan. Hoy sé que se trata de una disciplina con algo genuino que ofrecernos, en el entorno y las crisis que nos tocan, y que el principal obstáculo para que esto pueda ser disfrutado es su actual grado de exotización y mercantilización. Queda por ver si nuevas generaciones encontrarán lo que algunos de nosotros percibimos en ella en nuestra juventud, o si tendremos que conformarnos con considerar el taichi como un fenómeno generacional que ocurrió en el siglo XX.
Volviendo a mis fuentes, no he sido ambicioso en la excelencia técnica, pero sí en la calidad del compromiso personal y en la entrega a la transmisión. Y sigo encontrando lo que necesito (hace 25 años en Jon Yusta, hoy en Fernando Lasa). Estoy pues agradecido de haber dado con los maestros, colaboradores y alumnos que he conocido para el aprendizaje y el disfrute de la práctica.
Además de la escuela, la Formación de Profesores (en marcha desde 1999), es el espacio donde todo esto se refleja y evoluciona actualmente. He impartido cursos en todas las comunidades del Estado Español, a veces abiertos, y otras con colectivos específicos (la Federación Española de Canto Coral o los profesores de la Asociación de Amigos del Shiatsu, por ejemplo).
Comencé a escribir mis reflexiones en los 90, y en octubre de 2008 publiqué el primer volumen de mi libro: Levantar la mirada. Tai Chi Chuan, fundamentos para una práctica contemporánea, Ed. Liebre de Marzo.
Entrevista en Euskadi Irratia sobre mi libro "Levantar la mirada" (euskaraz).
En 2006 me publicaron dos entrevistas: en Coplanet y en el boletín Tai Chi de Xin Ji
Contacto: 687 415 868 juangorostidi@taichichuaneskola.com